Apenas a 30 kilómetros de la ciudad de Toledo se encuentran Las Barrancas de Burujón o Castrejón. Espectaculares cortados arcillosos que han sido formados por la erosión del viento y las aguas del Tajo sobre sedimentos de hace 25 millones de años. La extensión de estas cárcavas arcillosas de color rojizo es de, aproximadamente, un kilómetro de longitud y alcanzan más de un centenar de metros de altura en algunos puntos, concretamente en su pico más alto, que es conocido como el "Pico del Cambrón"